El expresidente de Brasil fue trasladado por la Policía el pasado viernes para dar una declaración por supuesta implicación en el escándalo de desvíos de la petrolera estatal Petrobras.
La Fiscalía de Sao Paulo denunció este miércoles al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva por presunto ocultación de patrimonio y lavado de dinero en relación con su supuesta vinculación con el caso de corrupción en Petrobras, informó Globo News.
Lula fue interrogado el pasado viernes por orden de la Fiscalía Federal de Paraná en otro proceso relacionado con el caso de corrupción de Petrobras.
En la denuncia presentada este miércoles, según varios medios locales, el fiscal acusó a Lula de ocultar que es dueño de un apartamento de lujo en la localidad de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, que está al nombre de la constructora OAS, una de las investigadas en el caso Petrobras.
Lula ha negado en reiteradas ocasiones ser dueño de ese apartamento, así como de una finca rural en el municipio de Atibaia, también en Sao Paulo, que también está bajo investigación de la Fiscalía de Paraná.
La Fiscalía de Paraná, que ha centralizado las investigaciones del caso Petrobras, apunta que esas propiedades podrían estar relacionadas con el caso de corrupción en la petrolera y habrían sido usadas por las constructoras para disfrazar el pago de coimas.
La defensa de Lula solicitó al Tribunal Supremo que se pronuncie sobre el posible conflicto de competencias que, a su juicio, supone que dos cortes diferentes investiguen "los mismos hechos".
El pasado viernes, el juez Sergio Moro, de Paraná, ordenó a la Policía a interrogar a Lula en una comisaría, mientras que la Fiscalía anunció que cuenta con indicios "bastante significativos" de que Lula recibió beneficios y favores de las empresas implicadas en los desvíos de recursos de Petrobras.
En una declaración a la prensa después del interrogatorio policial al que fue conducido por agentes federales que lo trasladaron desde su casa; y más tarde en un evento con sindicalistas en Sao Paulo, Lula manifestó que estaba "vivo" y que a la "serpiente" solo podían "matarla cortándole la cabeza".
"Punzaron al perro con palo corto y por eso quiero ofrecerme a ustedes", declaró Lula la noche del viernes a militantes del PT reunidos en Sao Paulo.
En ese sentido, sin admitirlo abiertamente pero dejando en el aire la posibilidad de disputar los comicios presidenciales de 2018 como candidato del PT, Lula advirtió: "a partir de ahora la respuesta que puedo dar es ir para las calles", un escenario que él dijo conocer "mejor que nadie" por su militancia como sindicalista.
"Se tendrán que enfrentar a mí en las calles y a partir del lunes estoy dispuesto a viajar por todo el país. Si están necesitando de alguien para comandar la tropa, yo estoy aquí", afirmó Lula en medio de los gritos de sus correligionarios que lo aclamaron como su probable candidato en 2018.
El nombre de Lula siempre fue el preferido por los altos cuadros del PT para disputar las elecciones de 2018 en la que se elegirá al sucesor de Rousseff, a quien la Constitución brasileña le impide presentarse para un tercer mandato consecutivo.
La militancia del PT, que ha proclamado a Lula como su candidato favorito en diferentes actos públicos, comenzó a desvincularse del Gobierno actual e, incluso, algunos dirigentes llegaron a criticar las medidas de ajuste fiscal adoptadas por el Ejecutivo para sanear las maltrechas cuentas públicas.
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